Opinión

Tres amenazas para el sector tecnológico

Las compañías tecnológicas sufren ataques sin precedentes desde distintos frentes. La mayor amenaza procede del frente político, a través de la presión de Gobiernos y reguladores en todo el mundo. En segundo lugar, los inversores están atacando en el terreno de las valoraciones. Y, por último, el sector tecnológico ha quedado atrapado en el fuego cruzado de la guerra comercial global. Si algo es seguro, es que esta situación muestra la importancia de la tecnología en nuestras vidas.

Los ataques desde el frente político se dirigen sobre todo a las grandes tecnológicas, las Faang (Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Google) en Occidente y las BAT (Baidu, Alibaba y Tencent) en Asia. El escándalo de Cambridge Analytica por el uso de datos de usuarios de Facebook puso de manifiesto que a los inversores les importa la confianza: sin confianza no hay usuarios y sin usuarios no hay Facebook. La red social respondió con un cambio en sus políticas de privacidad. La gran pregunta es qué cantidad de datos están dispuestos a proporcionar los usuarios y qué nivel de privacidad quieren. Desde mayo, la mayoría de las webs en la Unión Europea tienen nuevos avisos de privacidad, tras la entrada en vigor del Reglamento General de Protección de Datos.

A Donald Trump no le importa tanto Facebook pero sí ha mostrado cierta animadversión hacia Amazon

A Donald Trump no le importa tanto Facebook pero sí ha mostrado cierta animadversión hacia Amazon. En un mensaje publicado en su cuenta de Twitter, echaba en cara a la compañía pagar pocos impuestos, abusar del servicio postal y amenazar el negocio de miles de pequeños comerciantes. Lo que tenemos detrás es una pelea con Jeff Bezos, propietario de Amazon y también de The Washington Post, medio al que el presidente estadounidense ha acusado de publicar noticias falsas. El hecho de que el auge del comercio online esté perjudicando al sector inmobiliario estadounidense también podría tener algo que ver.

Los gigantes tecnológicos también están bajo el escrutinio de los organismos reguladores en Europa, reflejo de la ansiedad general en el Viejo Continente por el liderazgo de las tecnológicas estadounidenses en el mercado. Tras multar a Alphabet por prácticas anticompetitivas, la UE contempla aumentar los impuestos a las compañías digitales. Las estrategias fiscales de las tecnológicas que operan en Europa también están bajo vigilancia.

Esta guerra no terminará pronto y se desarrollará en los próximos años, con más demandas, multas, regulaciones y tuits de Trump. Creemos que Silicon Valley necesita cambiar de actitud y ser más humilde en sus prácticas, dejar de menospreciar las políticas de privacidad y ser más amistosos con los reguladores europeos. No obstante, los grupos tecnológicos podrían salir reforzados de esta guerra, ya que el endurecimiento de la regulación a menudo crea barreras de entrada.

Hemos visto más de 30 salidas a bolsa de tecnológicas este año, la mayoría con muy buenos resultados

Las valoraciones de las compañías tecnológicas están aumentando de nuevo. Hemos visto más de 30 salidas a bolsa de tecnológicas este año, la mayoría con muy buenos resultados. El argumento de que es un sector caro vuelve a escucharse frecuentemente pero en absoluto es así. En primer lugar, tenemos que entender que la tecnología es uno de los sectores más diversificados, con empresas de software, servicios de IT, pagos, redes sociales, hardware, semiconductores, etc. No se puede generalizar, ya que hay muchos subsectores, unos caros y otros baratos. El stock-picking es muy importante en un entorno de aumento general de las valoraciones. Además, la tecnología en general y algunos subsectores en particular generan un gran flujo de caja.

En comparación con el mercado, las valoraciones de las tecnológicas parecen más razonables, ya que todo es caro, y cuentan con una prima creciente. ¿Se debe a la insaciable demanda de activos growth o es un signo de que la tecnología se está sobrecalentando? Puede que, en parte, la respuesta tenga que ver con que la tecnología se ha convertido en una parte tan importante de nuestras vidas que estamos acostumbrados a ella y nos sentimos cómodos invirtiendo en tecnológicas. Ya no estamos en la era puntocom, en la que sólo unas pocas compañías generaban beneficios.

El tercer frente es la guerra comercial, que todavía no es total pero va en aumento. Tras las sanciones de EEUU a China, Financial Times publicó: "Mientras los titulares sobre la guerra comercial de la Administración de Trump con Pekín a menudo se centran en materias primas como el acero, el aluminio y la soja, la motivación subyacente del nuevo proteccionismo es la ansiedad americana por el rápido crecimiento de la capacidad tecnológica de China".

La tecnología es una de las causas más importantes de la guerra comercial. EEUU prohibió a ZTE comprar componentes y chips estadounidenses para la fabricación de sus dispositivos, demostrando la dependencia de China de estos suministros. China respondió limitando las ventas de la estadounidense Micron, cuyas memorias se utilizan en muchos smartphones, ordenadores y otros dispositivos. Con este contraataque, China demostró su importancia para las compañías estadounidenses, ya que este país supone la mitad de las ventas de Micron. La estrategia industrial de Xi Jinping para 2025 muestra el esfuerzo del Estado hacia el liderazgo tecnológico chino y la imparable expansión de la industria de semiconductores, un producto que, sin duda, venderá por debajo de su coste en los próximos años.

Con la tecnología bajo la estricta vigilancia de los reguladores, el aumento de las valoraciones y la amenaza de la guerra comercial, ¿deberíamos invertir en compañías tecnológicas? En Degroof Petercam AM creemos que es uno de los mejores sectores para invertir a largo plazo, ya que la innovación es alta y cuenta con factores de crecimiento estructural. Sin embargo, es necesario un stock-picking activo y un análisis en profundidad. En nuestras estrategias sostenibles, estamos expuestos a compañías de software, que suelen generar efectivo y son menos cíclicas que las compañías de hardware. Respecto a las valoraciones, preferimos tener variedad. Por un lado, invertimos en compañías innovadoras, a menudo más caras, en las que creemos que el potencial no está valorado correctamente por el consenso. Por otro lado, nos gustan las compañías que generan flujo de caja, ya que las compañías que pueden generarlo en momentos menos favorables tendrán un rendimiento superior en esos periodos. Por último, creemos que la vigilancia y las acciones de los reguladores son la amenaza más importante para los grandes grupos de Internet. Esto no significa que haya que evitar las Faang o las BAT, sino que hay que invertir de manera selectiva tras un análisis riguroso. No es aconsejable hacer una gran apuesta en estas compañías, sino buscar diversificación y aplicar una gestión activa.

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