Opinión

Esma: una buena regulación a la hora de proteger al inversor

En unas pocas semanas, el sector de la operativa en bolsa mediante CFD y Opciones binarias experimentará el mayor cambio regulatorio de su historia. La autoridad europea de los mercados financieros Esma, consciente de la necesidad de proteger al inversor minorista, ha decidido implementar una serie de directrices que los intermediarios que operan en el espacio europeo deberán cumplir obligatoriamente a partir del próximo 1 de agosto de 2018.

Las medidas implementadas por Esma son de diferente tipo y las podemos resumir en cuatro puntos: prohibición de la comercialización de opciones binarias, protección de balance negativo, cierre de posiciones cuando su valor de mercado sea inferior al 50% de las garantías retenidas, y por último, y quizá la más importante de todas ellas, limitaciones al apalancamiento máximo que los clientes minoristas puedan utilizar.

No ha sido poco el ruido generado por estas medidas y desde luego no ha sido menos la repercusión que ellas han tenido en los brókeres, clientes, analistas, reguladores nacionales y sobre todo, medios de comunicación. En los últimos meses ha habido especulaciones de todo tipo sobre si realmente va a ser una medida protectora para los clientes o si por el contrario va a hacer que éstos acudan en masa a brókeres fuera de la Unión Europea, descaradamente ausentes de un paraguas legal que les limite y que les regule. También ha estado en boca de todo el mundo cómo podrían afectar estas medidas a la otra parte afectada, que no es otra que los brókeres que ofrecen operativa en opciones binarias y CFD, tanto de índices bursátiles, Forex, materias primas, acciones e incluso criptodivisas.

Desde nuestra perspectiva, y tras haber realizado un profundo y concienzudo análisis, no podemos sino dar una cálida bienvenida a Esma y a sus medidas, sabiendo que lo que sea bueno para los clientes, va a ser mejor para el sector.

Proteger al minorista

Desde el punto de vista del cliente, las medidas de Esma son claramente un paso adelante a la hora de proteger al inversor minorista. Los altos niveles de apalancamiento que algunos brókeres han facilitado hasta el momento raramente terminaron siendo una ventaja para el inversor. El hecho de que un bróker haya permitido tomar posiciones que multiplicaban hasta 400 o 500 veces el capital disponible del inversor hacía que las mínimas oscilaciones que cualquier mercado pueda tener supongan un traspiés para las operaciones en el inversor.

Tampoco la operativa en opciones binarias, más propia de un casino o de un salón de juegos ha supuesto precisamente una evolución positiva en las finanzas particulares de ningún inversor. Su prohibición es, desde luego un claro avance. Las otras dos medidas no son más que un reflejo legal de lo que hemos estado haciendo algunos brókeres desde hace años. La protección del balance negativo, que impide que ningún trader quede en negativo ante un gap de apertura o una circunstancia anómala del mercado, como el cierre de posiciones automático a partir de un nivel de pérdidas previamente establecido no son medidas ni mucho menos nuevas para los intermediarios más importantes del sector.

Desde el punto de vista de los brókeres, la situación difícilmente podría ser más positiva. No podemos olvidar que a partir de ahora, se elimina totalmente la ventaja competitiva de los intermediarios que estaban dentro de la Unión Europea pero en países de regulación, digamos suave. Los brókeres radicados principalmente en Chipre, Malta e Irlanda se verán obligados a cumplir las directrices de Esma con lo cual, pasan a competir en las mimas condiciones operativas que un bróker ubicado en España o en Alemania. Ante ello, la pregunta que se hacen los inversores es clara: "Si no me dan un apalancamiento de 1:500, ¿de qué me sirve tener mi capital en Chipre?" Por ello, y también especialmente por las praxis comerciales agresivas, el flujo masivo de nuevos clientes de brókeres radicados en estos países hacia brókeres con regulación en España está siendo masivo.

Esto desembocará en un proceso de selección natural dentro del sector en el que los brókeres que actualmente tienen una posición dominante verán reforzada su posición. Otra cuestión que se ha abordado es que los clientes españoles deriven su operativa a intermediarios radicados en paraísos fiscales para huir de la normativa Esma. No nos cabe duda que aquel cliente que quiera huir de la regulación está yendo exactamente por el camino contrario. No obstante, la creciente cultura financiera del inversor medio español está haciendo que la presencia de brókeres de este tipo esté evolucionando hacia un peso meramente residual.

Por todo ello, creemos que la regulación de Esma no solo es el mayor cambio regulatorio en el sector de la operativa en derivados sino que es el mayor paso adelante en la última década tanto para los clientes como para el sector en general.

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