
Hace algo más de un siglo que la electricidad transformó nuestro mundo, y ahora ocurrirá lo mismo con la inteligencia artificial", Andrew NG, experto en Inteligencia Artificial, ex científico en jefe de la compañía china Baidu.
Con base en un informe de PwC, se estima que en menos de 12 años el impacto económico de la Inteligencia Artificial (IA) ascenderá a escala mundial a 15,7 trillones de dólares, o visto desde otra perspectiva, 13 veces el PIB de Australia en la actualidad, 19 veces el valor en bolsa de Apple o 186 veces el patrimonio de Bill Gates. Y es que esta tecnología ha logrado, desde hace escaso tiempo, una serie de hitos de gran calado y relevancia dentro de las diferentes estructuras que componen a las compañías.
Entonc, ¿cómo se puede aplicar esta tendencia en beneficio de la empresa española? Y, ¿qué se puede hacer hoy con la IA y qué se podrá hacer el día de mañana?
Se lleva hablando desde hace años de que la digitalización ha destruido empleo, pero la realidad es que genera más trabajo del que elimina. Así, la IA va a abrir nuevas líneas de producto y, por ende, generará nuevas oportunidades de negocio. Especializarse y formarse en estas áreas se antoja como una tarea fundamental para exprimir al máximo las posibilidades de esta tendencia.
Además, no se puede olvidar la capacidad predictiva de esta tecnología mediante los mecanismos de machine learning. Las compañías tienen en sus manos la capacidad de anticiparse a los cambios en el mercado, patrones de venta y, en concreto, predecir lo que el propio usuario va a demandar.
Por otro lado, la implementación de la IA a nivel productivo y organizativo a través de la innovación conllevará una mejora en el proceso de transformación digital interno, un cambio que a día de hoy es necesario y obligado por parte de todas las organizaciones que operan en esta nueva era digital.
En esta línea, después de un proceso de aclimatación reseñable, todo ello derivará en un aumento significativo de la competitividad de la compañía en términos generales, derivado de la reducción de costes operativos y el aumento de la eficiencia en el uso del capital humano.
Además, la necesidad de incorporar IA no es exclusiva de las grandes compañías como hasta hace poco. Hoy tenemos soluciones accesibles y escalables que están democratizando su uso.
En este punto, es crucial echar la vista atrás y no volver a caer en errores del pasado, donde varios sectores y miles de empresas se creyeron al margen de revoluciones tecnológicas, como por ejemplo la que ha traído consigo el desarrollo de Internet… y acabaron por sufrir las consecuencias. Ninguna empresa, sea del tamaño que sea, debe operar al margen de esta premisa: la IA ha cambiado las reglas de juego.
Por todo ello, las organizaciones se encuentran ante una magnífica oportunidad de dar un salto hacia adelante en términos de competitividad. Y es que la IA es el mejor aliado de aquellas empresas que han abrazado la visión clientecéntrica para sus modelos de negocios. Después, solo quedaría seguir desarrollando constantemente esa visión de empresa centrada en el usuario, implementar un sistema eficiente de recolección de datos y dotarnos de un marco legal que proporcione seguridad jurídica al tratamiento de la información.