Opinión

Enmienda a la reforma de Montoro

La UE dio ayer un paso más hacia la posibilidad de que España sea multada por incumplir su compromiso de reducción de déficit público. Así, el Ecofin ratificó ayer, como antes lo hicieron la Comisión y el Eurogrupo, la apertura del procedimiento sancionador.

Aun cuando persiste la posibilidad de una sanción simbólica, el Gobierno en funciones demuestra que se toma en serio la imperiosa necesidad de reducir este desequilibrio y el ministro Luis de Guindos anunció la recuperación de los tipos mínimos de pagos fraccionados en Sociedades. No se trata sensu stricto de una subida del impuesto, ya que dichos pagos son el equivalente a las retenciones en nómina.

Las empresas adelantan pagos a Hacienda relativos a un determinado ejercicio y, una vez cerrado éste, es posible que el fisco haga ajustes. Ahora bien, si los pagos fraccionados se mantienen varios años, las devoluciones de un ejercicio se compensarían con los adelantos del siguiente y el efecto es semejante al de una subida de impuestos. Es más, puede que nos hallemos sólo en la antesala de un alza de los tipos efectivos de Sociedades.

De momento, lo que ya es claro es que el Gobierno pone en evidencia el fracaso de la reforma fiscal que el ministro Cristóbal Montoro diseñó, en lo que a la mejora de la eficiencia de Sociedades respecta. El hundimiento de su recaudación no sólo prosigue, sino que obliga a recuperar una medida de excepción, como los pagos fraccionados, tan sólo un año después de su suspensión y con un umbral previsiblemente más alto para sus pagos.

Queda demostrado que sigue pendiente una reforma auténtica de Sociedades que, junto a la corrección de otras deficiencias fiscales (como un efectivo control del gasto público), permita embridar el déficit.

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