Opinión

eeuu: Una carrera sin favoritos claros

L a jornada de Iowa, inicio de las elecciones primarias para elegir a los candidatos presidenciales, augura carreras más largas y menos previsibles de lo anticipado. El número de delegados en juego en este Estado rural del Medio Oeste con poco más de tres millones de habitantes es prácticamente insignificante. Además, su perfil demográfico es muy poco representativo de lo que es EEUU. No obstante, importa sacar un buen resultado para demostrar la viabilidad de los aspirantes. Entre los demócratas Hillary Clinton con su poderosísima maquinaria electoral ganó por apenas tres décimas a Bernie Sanders. Una victoria que sabe a derrota. La exsecretaria de Estado, por delante en las encuestas a nivel nacional, ha tenido un pésimo principio perdiendo impulso frente a su rival.

El senador por Vermont, prácticamente un desconocido hace pocos meses, se autocalifica como socialista democrático. Propone un modelo con altos impuestos para que ?el capitalismo llegue a todos y no solo al 1 por cien más rico?; salud y educación superior gratuita, eliminar los TLC para proteger el empleo, y grandes regulaciones a los bancos.

La popularidad de Sanders es mucho mayor entre la juventud, frustrada por la desigualdad. Los nacidos después de 1980 son la primera generación en EEUU en más de medio siglo que ha crecido sin la certeza de lograr un mejor nivel de vida que el que gozaron sus padres. La brecha entre ricos y pobres se agranda. El año pasado el Pew Research Center confirmó que la clase media, columna sobre la que se construyó el país, dejaba de ser el sector social mayoritario. Actualmente es el 43 por cien de la población contra el 62 en 1970. Una concentración del capital resultado de la extraordinaria transferencia de recursos públicos hacia los sectores privilegiados. Las quiebras bancarias y financieras desde la crisis de 2008 como las secuelas presupuestarias de las insensatas guerras de Irak y Afganistán fueron ingredientes del proceso. En el lado republicano la mayoría de las encuestas aseguraban un triunfo de Donald Trump. Sin embargo, se confirmó la notable importancia del voto religioso en los caucus republicanos de Iowa. La victoria de Ted Cruz fue un jarro de agua fría para el polémico magnate que había asegurado que ?nadie recuerda al que sale segundo?. Cruz apostó fuerte en Iowa. Fue el único candidato que visitó los 99 condados estatales. Los evangélicos, una de las bases de los republicanos, fueron esenciales en su ajustada victoria.

Es todavía demasiado temprano para afirmar que la ?burbuja electoral? de Trump ha empezado a desinflarse. Pero es obvio que al millonario y extravagante bufón que presume de ?ganador? le duele la derrota más que a nadie. Dejando de lado su vulgaridad y grosería lo que interesa subrayar es que su aparición en el firmamento político estadounidense coincide con el terremoto social, económico y moral que ha hecho pedazos el ?sueño americano?. La queja popular y el odio a los dirigentes es explotado por Trump con su agresividad.

La verdadera sorpresa fue la remontada y el tercer puesto de Marco Rubio. Si se le compara con Cruz y Trump es un moderado aunque sus posturas no lo son. Ha fustigado el acercamiento de Obama a Cuba. A sus 44 años, Rubio quiere ser el primer presidente latino de EEUU donde sus padres, cubanos, llegaron sin nada. A esa historia personal tan seductora y norteamericana se unen carisma, inteligencia y una impecable oratoria. Se critica su juventud, sus pocos logros legislativos y cambios de postura. Sobre todo en temas de inmigración; ha vuelto a hablar de ?ilegales? y a negarse a cualquier ?amnistía? para indocumentados. La revista The New Yorker tituló El oportunista un perfil publicado a finales del año pasado. Más bien, es puro pragmatismo que no lo diferencia demasiado de otros políticos. Rubio se está convirtiendo en la esperanza de muchos republicanos a quienes en un discurso de claro tono presidencial prometió ?unir?. Ya recibe apoyos formales de figuras tradicionales, así como financiamiento de los principales donantes del partido.

Iowa ha confirmado los ?tres carriles? republicanos en contienda por la nominación presidencial. El ultraconservador Cruz, con una fuerte impronta religiosa. Trump, con retórica racista, declaraciones xenófobas y apelando a los miedos de los sectores conservadores atizando la polarización de la sociedad. Y el sector más moderado en el que ahora sobresale Rubio frente a nombres como Jeb Bush, John Kasich y Chris Christie. La carrera acaba de comenzar. Todas las miradas están puestas en las primarias de New Hampshire del martes.

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