
Si en España funcionan los nacionalismos periféricos es porque enfrente solo encuentran nacionalismo español. Y eso es como querer refutar la existencia de Dios defendiendo la de los elfos. Quizá no se lo han dicho nunca pero la nación es una comunidad imaginada, un conjunto de individuos adheridos a un relato de sí mismos más o menos ficcionado, solo eso (que no es poco). Colau y Kichi se enfrentan al 12O.
Podría cuestionar la validez de los símbolos de la nación española pero es una pérdida de tiempo, son tan válidos y tan inválidos como los de cualquier otra. El pasado, en general, da bastante asco y está muy mal documentado porque hasta hace poco no había smartphones con los que retratar el miserable marchar de la humanidad.
Así que sí, unos señores que habitaban la Península Ibérica saquearon América. Esos hombres no se regían por la misma ley, no pagaban los mismos impuestos, no tenían el mismo acento ni respaldaban a los mismos señores. Pero gracias al relato nacional hemos conseguido sentirnos lo mismo que muchos hombres que no se sentían lo mismo entre sí y defender como propio aquel saqueo, descubrimiento o conquista (llámenlo como quieran) que ocurrió cuando la Tierra aún era plana y te podían quemar por decir lo contrario.
Me van a perdonar, pero yo no rindo cuentas por unos tipos que no se lavaron los dientes en los cincuenta años que vivieron. Me niego por igual a disculparme ante Evo Morales y a vitorear a Colón al paso de la cabra Pablo.
Ante la celebración de la Fiesta Nacional, la opinión pública española, puede optar por la vergüenza historica de Colau, las heces de Willy Toledo o el "te jorobas" del ilustre ingeniero aeroespacial Roberto Soldado (más conocido por su faceta como futbolista). Si esto no le deprime, sospecho que no estamos en la misma onda. Como tuiteaba @jotdownspain "No importa lo que se celebre, este país es un Barça-Madrid infinito."
Otro patriotismo posible
El nacionalismo debería ser a estas alturas una curiosidad histórica. Puede estar bien como atributo social pero es nocivo mezclado con la política, porque como la religión o el fútbol no requiere más demostración que el porque sí, porque es mi equipo, porque es mi Dios, porque es mi nación. Y si tú no participas de nuestra definición de España, estás fuera. O peor, te mezclan lo legal y lo cultural y como decía Soldado "Eres español aunque no lo sientas". Por culpa del DNI te toca ser toros, misa, flamenco y paella.
El sentimiento de pertenencia y la causa común, que es lo más positivo que puede hallarse en el nacionalismo, se puede construir sin selecciones de fútbol ni desfiles militares. Les propongo una idea para articular su relación con España sin depender de las posturas antedichas, "patriotismo constitucional". No tienen que ser antiespañoles ni tragar con la dichosa paella. El patriotismo constitucional no tiene historia, ni raza, ni gustos musicales. No es más que la satisfacción compartida por las leyes que acordamos y el país que construimos.