Llevamos años hablando de crisis y de cifras de paro insostenibles, y de que debemos cambiar nuestro modelo económico hacia uno que priorice la tecnología y la innovación, en detrimento de otros como la construcción. Poco a poco, parece que empezamos a ver la luz al final del túnel, aunque es evidente que en el campo de la creación y de la tecnología tenemos mucho que recorrer aún.
Y es que no es casualidad que entre los países más innovadores del mundo se encuentren precisamente los que más renta per cápita tienen. Eso es así, porque hay un nexo claro entre innovación y grado de desarrollo de una sociedad. Y para poder llegar ahí, hay que pasar por un primer paso: apoyar el emprendimiento, asegurar la financiación y premiar la inversión en este campo.
En MasterCard tenemos la fortuna de tener en nuestro propio ADN el ser innovadores y emprendedores desde los inicios. Hoy en día, en nuestro mundo, nadie concibe no llevar en la cartera una tarjeta de pago electrónico, sea ésta de tecnología contactless o de EMV (PIN). Además, todos, o casi todos, hemos comprado a través de nuestros ordenadores, y hay quienes hacen pagos continuamente a través de sus smartphones, sea para pagar el estacionamiento del coche o para comprar un billete de avión. ¿Pero quién iba a decir hace 50 años que con una tarjeta de unos 8,5 centímetros de ancho por 5,4 de alto podría pagar casi cualquier cosa en el mundo, ya sea en el supermercado de debajo de casa o en un restaurante en Singapur? Seguramente, más de uno nos habría llamado locos.
Fue gracias a esas primeras tarjetas en los años 50 del siglo pasado que la tecnología ha podido avanzar hasta lo que tenemos en la actualidad. De hecho, hoy en día estamos inmersos en el momento más rompedor de las últimas cinco décadas en la forma en que pagamos los consumidores. Y todo gracias a la innovación.
Por eso, MasterCard ha formado parte de IN3 Spain en el Google Campus Madrid: el evento reunió "a representantes de los tres componentes clave en un ecosistema emprendedor -innovadores, inversores e instituciones- para ayudar a empresas jóvenes a crecer y tener éxito en el mercado global". Es más, creo que no habríamos podido no estar.
Y es que desde siempre, en MasterCard hemos tenido claro que debíamos apostar por las empresas, por ayudar al tejido empresarial a desarrollarse y crecer. En el caso de España, donde las pymes suponen más del 90%, el apoyo al emprendimiento tecnológico es esencial, facilitando los pagos, gestionándolos con rapidez y aportando seguridad total en las transacciones.
Por mencionar unos pocos, a nivel global hemos desarrollado iniciativas de apoyo a nuevos negocios y de puesta en valor la innovación en todas las áreas de la empresa. Start Path, por ejemplo, apoya a startups europeas que están en sus comienzos, poniendo a su disposición nuestros propios recursos. Master of Code, por su parte, es una serie de hackatones que busca fomentar la implementación de la innovación en todas las áreas de la empresa. Además, nos ayuda a conocer mejor las necesidades cambiantes del negocio y del consumidor.
Ya en España, patrocinamos el Elevator Pitch, dentro del salón MiEmpresa, que busca ayudar a emprendedores y a pymes a obtener soluciones y recursos para sus negocios, conectándolos con inversores para que ningún proyecto prometedor se quede sin hacerse realidad por falta de financiación. Y desde varias ediciones ya, patrocinamos el StartUp Programme con Junior Achievement, una iniciativa que busca fomentar un espíritu emprendedor entre los universitarios españoles.
Y no podemos olvidar la plataforma Conexión, un servicio gratuito para pymes, profesionales y autónomos titulares de tarjetas de empresa MasterCard, que incluye asistencia tecnológica y legal gratuitas, servicio de gestoría, asistencia a móviles y tabletas, servicio de recuperación de IVA para países de la Unión Europea y, desde marzo de este año, asesoramiento sobre internacionalización que se ofrece a través de la Ventana Global del Icex.
Éstas son sólo algunas de las iniciativas en las que tomamos parte. Y lo hacemos convencidos de dos cosas: de que apoyar la innovación es bueno para nuestro país y que beneficia a toda la cadena y agentes en el comercio, ya que a nadie se le escapa que la oportunidad de innovar deriva en la creación de empleo, en crecimiento económico y en una opción para que nuestros jóvenes determinen su propio futuro; y porque apostar por ella es fundamental para nuestra compañía. Si no hubiéramos seguido innovando, el e-commerce, por ejemplo, que tanto está impulsando a muchos negocios en todo el mundo, no habría sido nunca una realidad.