Opinión

Las últimas caídas en las bolsas traen el pánico... pero también oportunidades

  • Cuando la sangre corre por el parqué, los inversores de verdad salen a torear

La información sobre la bolsa es como esas secuencias que narra Ken Follett en sus novelas de espionaje. Los generales mienten a los políticos, los políticos a los periodistas y estos con sus informaciones acaban también mintiendo a la opinión pública.

Todo en bolsa es una gran mentira en grandes titulares, porque ningún periódico del mundo en su sano juicio se atrevería a poner en portada que cuando se atascan las resistencia es el momento de vender en bolsa, y ninguno abriría en sesiones en las que se instala el pánico bursátil como las de estos últimos días diciendo que es el momento de entrar en bolsa.

Pero precisamente son en las jornadas en las que la sangre corre por el parqué, cuando se suelen marcar suelos, en las que los inversores de verdad salen a torear y hacen acopio de cartera. Eso sí, aquellos inversores a los que la cornada que ha dado el mercado no les ha pillado la femoral.

En elEconomista, al menos, a través del portal de estrategias de inversión Ecotrader, ya se redujo la semana pasada la exposición a bolsa al 28%, por lo que pese a los puntos de sutura todavía tenemos la oportunidad de seguir dando capotazos. No como aquellos que, cuando al Ibex 35 se les resistía la resistencia que tenía en el máximo anual de los 11.817 puntos, repetían hasta la saciedad que el principal índice de nuestra bolsa se iba directamente a los 12.000 puntos.

Ahora resulta ventajista sacarlo a la luz, pero algunos decíamos, y tenemos publicado, que la bolsa española estaba cara por encima de los 11.000 puntos, y que se corrían riesgos comprando sin potencial alcista, sin valores con recomendación de adquisición para la banca de inversión, y pagando multiplicadores de beneficios que se acercaban a los de mercados tecnológicos.

Oportunidad, pero...

Argüir que ha llegado la hora de que los que conservan liquidez deben atacar ahora el mercado obliga a hacer algunas reflexiones. No hay que olvidar los aforismos que dicen que comprar bolsa a la baja es como coger con la mano un cuchillo que alguien ha tirado desde no sé cuantos pisos de altura; que cuando se pierden resistencias simplemente se vende; que cuando la bolsa sube, lo hace por la escalera y cuando baja lo hace por el ascensor...

Pero los que somos fundamentalistas nos agarramos a que lo que nos deja esta corrección es una oportunidad que llevábamos esperando hace tiempo. Por primera vez en muchos meses, la bolsa española ofrece un potencial alcista superior al 10%. Aunque es evidente que las ganancias de las cotizadas se van a resentir si hay recesión.

Alemania aprieta con una cuerda al BCE para que no ponga en marcha el QE a la europea, para que el resto de miembros europeos hagan las reformas que no hacen... pero aprieta tanto que al final nos ahorcaremos todos.

Por otro lado, la bolsa no está barata ni siquiera con la cornada que ha sufrido en tres semanas. Que la bolsa ofrezca por fin algo de potencial debe ser entendido como una invitación pausada para ir disparando, sin vaciar todo el cargador a toda prisa, porque pese a la fuerte corrección que se ha producido, en la que las compañías españolas han perdido casi 60.000 millones, no hay que olvidar que por sus beneficios el inversor paga una prima de más del 15% respecto a la media de la última década.

El PER (número de veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción) del Ibex es de 13,9 veces frente a una media en la última década de 11,6 veces. Por último, el inversor debe tener en cuenta que la evolución del sentimiento del inversor es el argumento de cabecera con el que trabajan las manos fuertes del mercado, quienes saben comprar en el momento óptimo, al igual que el particular arroja la toalla en el peor momento para vender. De la negación de la evidencia se ha pasado al miedo, de ahí al pánico, pero no se ha llegado a claudicar.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky