La tarjeta black de la que dispuso el ex secretario general de UGT Madrid, José Ricardo Martínez, le ha salido cara. Por mucho que defendió que hizo un uso "razonable y razonado" de los más de 44.000 euros que gastó a través de ella, lo cierto es que el disfrute de aquella prebenda en Caja Madrid le ha costado el cargo y el reembolso de la cantidad mencionada. Esto último le ha dolido especialmente; no sólo por el roto que parece haberle hecho a sus cuentas personales, sino también debido a que no sabe cómo resarcirlas. Martínez reconoce que con sus ingresos como sindicalista raso apenas le llega para nada y, lo que es peor, fuera de UGT no tiene ningún futuro. La vuelta al mundo real siempre será dura para alguien que, como el exsecretario general, ha estado tanto tiempo viviendo del funcionamiento puramente burocrático y orgánico que caracteriza al sindicato de Cándido Méndez.
