El descubrimiento de los lazos de parentesco que existen entre cargos del Tribunal de Cuentas aún escuece en la institución presidida por Ramón Álvarez de Miranda. Ahora que el escándalo parece estar más diluido, en el Tribunal se devanan la cabeza buscando medidas que fomenten la transparencia en los procesos de selección de su personal para eliminar sospechas de enchufe. Para ello actuarán en varios frentes. Así, está decidido que cuatro de los siete jurados que seleccionan personal sean ajenos a la casa. Además, se pretenden eliminar las entrevistas personales de las oposiciones. Son buenas intenciones, aunque los resultados están todavía por verse.