La aplicación Uber se ha convertido en un quebradero de cabeza para los taxistas. Este gremio lleva meses denunciando la incursión de estos coches particulares que no poseen licencia para trasladar viajeros. La herramienta comenzó a funcionar ayer en la Comunidad de Madrid y ante esta situación, los policías y la Guardia Civil de la región se van a poner a trabajar, igual que han hecho los Mossos d'Esquadra en Cataluña, para intentar localizar a los conductores que trabajan gracias a esta aplicación. Estos vehículos se enfrentan a sanciones que van desde los 4.000 a los 6.000 e incluso hasta los 18.000 euros en caso de reincidencia. Sin embargo, los taxistas se quejan de que estas medidas de la Comunidad de Madrid se hacen a posteriori. Con policías que no van uniformados de policías persiguiendo a taxistas que tampoco van de taxis el desconcierto está asegurado.