Quizás no sea una postura lógica pero si comprensible en muchos casos, ya que se trataría del voto de la desesperación. El estereotipado perfil del votante español, tradicional y mayoritariamente alineado con el centro-derecha y la izquierda moderada, está inmerso en un proceso evolutivo o de transformación.
¿Es lógico que un español comprometido ideológicamente con la derecha pudiera votar en las próximas elecciones a Podemos, una formación de ultraizquierda?
Existen encuestas y estudios que han definido los perfiles socio-económicos e ideológicos de los españoles que votaron a Podemos en las pasadas elecciones europeas. Y entre ellos sobresale el ciudadano que, traicionado por el partido al que han votado siempre y expoliado por una casta político-sindical corrupta, se encuentra al borde del precipicio laboral, económico y social.
La cleptocracia instaurada por el PP-PSOE ha convertido a las familias de clase media, a las pymes y a los autónomos en el nuevo proletariado español, pero Podemos y su retórica comunista tampoco es la solución. La clave está en la sociedad civil, que parece despertar de su letargo.