Los bloques de hormigón que Gibraltar arrojó al mar el verano pasado siguen dando qué hablar. A finales de junio, y no con poco esfuerzo, se consiguió rescatar de las aguas del Estrecho uno de estos bloques. Sin embargo, la Guardia Civil lo impidió y, tras un forcejeo entres los agentes y los buzos, los globos que lo sostenían se pincharon y el bloque cayó de nuevo al fondo del mar. Aunque posteriormente los buzos consiguieron acercar el pedrusco hasta la costa a una zona de escasa profundidad, el bloque continúa sumergido desde hace más de un mes y es visible desde la superficie. El monolito rescatado se ha convertido en un atractivo turístico para los visitantes de La Línea. Mientras las autoridades se ponen de acuerdo sobre quién es ahora responsable de sacarlo, lo cierto es que el nuevo Peñón se ha convertido, sin quererlo, en el monumento más fotografiado.