Desde hace tiempo, varios ministros no están de acuerdo con las tareas de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. José Manuel García-Margallo, Jorge Fernández Díaz, Ana Pastor y José Manuel Soria creen que la vicepresidenta desempeña una función meramente tecnócrata y no se preocupa por impulsar la acción política del Gobierno. Consideran que Santamaría debería tener una agenda como la de Fernández de la Vega, vicepresidenta del Gobierno en la época de Zapatero, que asumía parte de la representación del Gobierno en el exterior. Parece que por fin Rajoy empieza a ver con buenos ojos que Santamaría se convierta en embajadora del Ejecutivo en el extranjero. Esto libraría al presidente de hablar en inglés, o más bien, chapurrearlo.
