Gowex era todo un ejemplo a seguir hasta hace unas semanas. Una empresa que subía como la espuma pese a la crisis. Y como máximo exponente del éxito de esta compañía estaba su fundador, Jenaro García, un emprendedor español que había triunfado. Tal era la buena imagen que la firma tenía que cuando Gotham City descubrió que habían estado falsificando las cuentas, su presidente se puso en contacto con varios despachos de prestigio internacional para que lo defendiesen por el módico precio de cero euros. Según García, representar a Gowex ya aportaba suficiente prestigio a cualquier despacho de abogados. Una arrogancia fuera de lugar, que se ha caído por su propio peso ahora que se ha sabido que todo era una estafa.
