THE ECONOMIST (REINO UNIDO)
Triste final para un reinado histórico. Cuando don Juan Carlos dijo que abdicaba después de casi 39 años en el trono reconoció que era inútil tratar de recuperar la popularidad que había perdido en los últimos años. El monarca ha sido víctima de su propio éxito. Sus objetivos cuando fue puesto en el trono eran restaurar la democracia y restablecer la monarquía. Sorprendentemente, logró ambas cosas. Sin embargo, los escándalos de corrupción del marido de la infanta Cristina, Iñaki Urdangarin, y su la polémica cacería del Rey en Botsuana han hecho que la popularidad de la Casa Real esté en declive. La Corona tiene las expectativas puestas en Felipe VI para devolver la confianza a la institución.