
A pesar del voto de castigo, de la abstención, y de la "irresistible ascensión" de los partidos alternativos, el bipartidismo imperfecto se mantiene en general en toda Europa, mientras que en España sufre un duro revés al perder 5 millones de votos y pasar de 47 a 30 escaños. Esta es la principal conclusión de los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo celebradas ayer.
El mayor riesgo de estos comicios era el populismo nacionalista, que como consecuencia de la crisis financiera, recorre Europa como si se tratase de un fantasma. Pese a todo, el peligro no se ha conjurado a pesar del ascenso de la extrema derecha en Francia, Dinamarca, Italia o Inglaterra y de la extrema izquierda en Grecia.
Los datos son concluyentes: entre el PP europeo y los socialdemócratas suman más de 400 escaños de los 741 que estaban en juego. Por tanto, el proyecto europeo sigue adelante, aunque habrá que introducir en él cambios de calado. Entre ellos, corregir el excesivo poder que Alemania ha acumulado en el último quinquenio como locomotora económica de la Unión. En Francia o Inglaterra preocupa más que Europa se alemanice que Alemania se europeice. Probablemente éste es uno de los factores que explica el resurgimiento de las fuerzas ultranacionalistas.
Es indiscutible que los euroescépticos han ganado posiciones y eso ha sido posible por el rechazo de una buena parte de la población a los ajustes que exige un estado de bienestar que cada vez resulta más difícil de financiar. Europa se ha visto obligada a caminar hacia un Estado básico del bienestar. Las clases medias son las más perjudicadas y las clases más débiles, entre quienes se encuentra la emigración, son las más favorecidas y eso está provocando un avance de las fuerzas xenófobas.
Victoria de los conservadores
La segunda conclusión es que estas elecciones las han ganado los conservadores. El PP europeo elegirá al presidente de la Comisión Europea (Jean-Claude Juncker) y a una buena parte de los altos cargos. Se trata de una cuestión vital para España, que ha estado infrarrepresentada en Bruselas. Mañana martes 27 los jefes de Estado y de Gobierno se reunirán para ir perfilando las alianzas del futuro Gobierno. Mariano Rajoy, a pesar del fuerte desgaste electoral causado por dos años de ajuste, ha logrado ganar en España y tendrá que ponerlo en valor a la hora de reclamar una vicepresidencia.
La tercera conclusión es que el índice de participación ha sido similar al que se registró hace cinco años, cuando aún no se ha habían sufrido los rigores del ajuste. En España la participación ha sido ligeramente superior, a pesar del dolor social de los últimos dos años y medio. La conclusión es que en el peor momento de la UE los ciudadanos han dicho en las urnas que no hay marcha atrás.
La cuarta conclusión es que el mapa político español -a pesar de la dispersión que se ha producido -ha pasado de 4 formaciones con representación en Europa a 10- se mantiene a duras penas. Pese al grave castigo que han sufrido los dos partidos mayoritarios, han conseguido casi la mitad de los votos (49,7%).
Estos resultados no son extrapolables a unas generales, ya que muchas formaciones que han logrado representación carecen de estructura para aguantar a medio y largo plazo. Esto permite pensar que en la próxima Legislatura se mantendrá un bipartidismo imperfecto. Eso sí, con un cambio fundamental: CiU ya no será el partido bisagra. El papel de árbitro probablemente lo realizará UPyD, que en estas elecciones ha logrado consolidarse al pasar de uno a cuatro eurodiputados, aunque tal vez no se a suficiente y se requiera el concurso de otras fuerzas como Ciutadans, que ha irrumpido con fuerza en el tablero catalán logrando dos escaños.
En la izquierda los datos muestran una fuerte erosión del PSOE, que sigue sin detener su caída. Alfredo Pérez Rubalcaba no ha logrado su objetivo de vencer al PP y la pérdida de escaños y votos ha sido tan importante como la que han sufrido los populares a pesar de no estar gobernando. Los beneficiarios de este descalabro han sido IU, que se consolida como tercera fuerza política pasando de 2 a 6 diputados. Y sobre todo, "Podemos" liderada por el joven Pablo Iglesias, que se convirtió en el gran triunfador al lograr 5 escaños.
Las otras 37 formaciones que concurrieron a estos comicios desafiando al bipartidismo y confiando en recoger el voto de los cabreados, han desaparecido, lo cual supone otra buena noticia para el PP.
Otro dato adicional a tener en cuenta es que en Cataluña CiU sigue perdiendo posiciones a causa de la apuesta soberanista realizada por Artur Mas, que ha dislocado el mapa político de esta comunidad. Resulta paradógico que la formación de Albert Rivera haya logrado tantos eurodiputados como ERC, que sobre el papel era la gran favorita.