Opinión

Inmobiliarias ahogadas por la deuda

Pese a mejorar las ventas, las grandes promotoras acumulan en el primer trimestre una deuda de 13.225 millones.

Las grandes inmobiliarias se juegan su futuro. El vendaval de la crisis se las ha llevado por delante. En cinco años, más de 4.800 compañías han solicitado el concurso (valga decir que algunas sólo nacieron para vender una promoción) y las que quedan tienen un futuro azul oscuro casi negro en un sector enladrillado y sin visos de que mejore en el medio plazo.

Según el despacho de Acuña y Asociados, las previsiones son demoledoras y aseguran que en unos años todas las promotoras desaparecerán. Pero resulta curioso que mientras las inmobiliarias no venden casas (las grandes acumulan en el primer trimestre del año una deuda de 13.225 millones) hayan aparecido en escena nuevos jugadores con mucho dinero y ganas de invertir. Se trata de fondos soberanos, fondos de pensiones internacionales o simplemente fondos oportunistas que han estado ahí, esperando que los precios tocaran suelo para comprar barato y vender caro. Sin prisa. Pero a la caza de oficinas y centros comerciales que también repuntan. Y todo esto, mientras los señores del ladrillo purgan los excesos de un negocio que le ha acabado pasando factura. Algunas están en concurso y todas estudian cómo reestructurar su deuda. Pero no va a ser fácil por las exigencias de provisionamiento del Banco de España que complica las refinanciaciones.

La travesía por el desierto no ha acabado, pero está claro que España no necesita un millón de pisos al año. Algo que deben asumir empresarios y Gobierno, cuyo error fue hipotecar el crecimiento del país al ladrillo.

Es hora de crear un nuevo modelo productivo y poner unos cimientos más sólidos para la recuperación de un sector que tiene que cambiar radicalmente de estructura y que todavía sigue ahogado en deudas.

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