Opinión

¿Por qué se ha convertido España en una fábrica de producir ninis?

  • El "Estado del Bienestar" se ha convertido en el "Bienestar del Estado"

Si estudiáramos las características internas del Gobierno mediante un análisis DAFO descubriríamos que entre las muchas debilidades que afectan al Ejecutivo liderado por Rajoy destaca sobremanera la relativa a su nula capacidad de innovación. Indudablemente, se trata de una estrategia equivocada.

Al respecto, y estableciendo un paralelismo con el mundo de la gestión empresarial, los libros de management reseñan numerosos casos referidos a empresas que han tratado de mejorar su modelo de negocio y que al conseguirlo han logrado ventajas competitivas que les han llevado a liderar el mercado. Pero ese no es el caso del gobierno español. Además, las empresas que no triunfan suelen ser una referencia a tener en cuenta para los futuros emprendedores, ya que de esos fracasos también se pueden aprender valiosas lecciones. Pero ese tampoco es el caso del Ejecutivo actual, que retipe los mismos errores del anterior Gobierno del PSOE.

Así las cosas, el Gobierno del PP es una empresa que ha renunciado a diferenciarse y que, en función de ello, puede ser penalizada por muchos de sus clientes, que se sienten estafados al comprobar que compraron un producto que no tiene las características publicitadas y que, encima, es una imitación made in Zapatero. No en vano, el Gobierno socialista anterior, referente en marketing político, fue un maestro en el arte de lanzar bombas comunicativas vacías de contenido con el único objetivo de lograr el mayor nivel posible de ruido mediático y de impacto social.

La última mascarada político-mediática se denomina Reforma Fiscal. Con ella, y a través de un comité de sabios que ha sido una marioneta en manos del ministro Cristobal Montoro, el Gobierno se han marcado el objetivo de embaucar a los contribuyentes para que crean que bajarán los impuestos cuando en realidad se trata de una simple redistribución de la carga fiscal. Porque la ínfima bajada de la fiscalidad directa no compensará la subida de la fiscalidad indirecta. Por tanto, el verdadero propósito de la reforma es recaudar (mejor dicho, expoliar) más aún o, como mínimo, lograr que la recaudación no baje del 37% del PIB.

El Gobierno es especialista en elaborar interesados enunciados políticos con la intención de hacer creer a los españoles que todo va a cambiar para que nada cambie. Ahí está el caso de una reforma laboral a medio hacer, carente de flexiseguridad y, por consiguiente, sin profundidad. O la archifamosa Reforma de la Administración, que no será desarrollada en la presente legislatura. O la engañosa Ley de Emprendedores, que trata de convertir a los nuevos empresarios en meros esclavos fiscales para que ayuden a financiar el gasto público-político improductivo de la Administración.

Tampoco hay que olvidarse de la difusa Ley de Transparencia, cuyo objetivo no es luchar contra el tsunami de corrupción política que ha hundido a la economía española. O de la anticonstitucional Reforma del CGPJ, que riéndose de la democracia ha politizado más aún a la Justicia. Y eso por no citar la promoción de la "Marca España", una auténtica arlequinada que está intentando tapar la corrupción política y el despilfarro del dinero público...

Por otro lado, Rajoy y sus ministros tampoco están siendo capaces de cambiar el actual modelo corrupto de formación de los trabajadores, cuya gestión ha sido otorgada, incomprensible e históricamente, a los sindicatos de clase y a la patronal. Máxime cuando ya es público y notorio que la formación se utiliza como un método ilegal para financiar a algunas de estas organizaciones sindicales y empresariales.

¿Han asumido los españoles que la manipulación informativa es uno de los ejes sobre los que gira la política en España, independientemente del partido que gobierne?

Dicen desde el Gobierno que la crisis económica de España es la crisis del empleo. Pero seguro que multitud de ciudadanos analizan de otro modo la actual situación económica y laboral española apuntando a la corrupción política, a la malversación de caudales públicos y al secuestro de la Justicia como verdaderos problemas. Cada vez hay más españoles que son conscientes de que los dos principales partidos políticos han querido vender esa idea a la sociedad con el objetivo de evadir responsabilidades. En otras palabras, la crisis económica en España está siendo un engaño a los ciudadanos.

El Estado del Bienestar de nuestro país está siendo sustituido por el "Bienestar del Estado". ¿A alguien le sorprende que España se haya convertido en una fábrica de producir ninis? El bipartidismo está intentando transmitir que el actual sistema es la única fórmula política que garantiza la gobernabilidad y la estabilidad de España.

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