Desde que comenzó la crisis el desempleo ha aumentado en los países de sur de Europa. Por ello, sus ciudadanos han emigrado a otros países en busca de trabajo. Alemania, tal y como se observa, ha sido uno de los países que más emigrantes ha recibido. Concretamente los españoles desplazados a ese país ascendieron a 30.000 en 2012. Una sangría para España que en este periplo pierde muchos profesionales cualificados.