
Promete ser la OPV más excitante del año. Cuando Twitter salga finalmente al mercado el mes que viene, es probable que tenga un valor de mercado que supere con creces los 10.000 millones de dólares. Y dado que el propósito principal de esta red social es que todo el mundo se entusiasme con lo que pasa a cada minuto, no hay duda de que llegará en medio de una oleada de publicidad. | Twitter planea cerrar su servicio #Music por bajo uso
Ahora que sale al mercado, podemos esperar que se hable mucho sobre cómo Twitter y otras redes sociales pueden utilizarse para desarrollar estrategias bursátiles. Habrá hedge funds que se vendan con la idea de que el ruido de Twitter o de otro lugar puede decirle hacia dónde está yendo el mercado y docenas de expertos en inversión que prometerán haber encontrado la forma de escarbar en todos esos tuits y posts en busca de emocionante y valiosa información sobre el mercado.
No son una guía de inversión
No se deje engañar. Como en la mayoría de las buenas historias, hay una parte de verdad en ella. Los mercados son en parte cuestión de aprovechar el momento y las redes sociales sí que captan eso. Pero hay un problema, y es que el ruido de la web es precisamente eso: balbuceos sin sentido. Puede que las redes sociales le digan de vez en cuando lo que pasará en los dos próximos minutos, pero no son una guía para la inversión a largo plazo.
Desde que en 2006 Twitter se pusiera en marcha, con sus ahora ubicuos 140 caracteres, hay gente buscando cómo mirarlo desde una perspectiva de inversión. El año pasado el hedge fund Derwent Capital puso en marcha lo que fue descrito como el primer hedge fund del mundo basado en Twitter, que recogía información de todas esas breves frases para predecir movimientos del mercado.
El fondo fue liquidado, pero sólo cuando la empresa decidió en su lugar poner las herramientas a disposición de los operadores intradía: se afirmaba que la propia estrategia hacía ganar dinero. Este mismo año TD Ameritrade se asoció con la web LikeFolio para proveer un servicio que busca en sus feeds de redes sociales las cinco principales acciones de las que hablan usted y sus amigos y utiliza la información para crear una hipotética cartera de acciones.
Y de hecho, cada vez más la propia Twitter es la responsable de grandes movimientos del mercado. Allá por abril, el llamado hash crash se desencadenó por culpa de hackers que asaltaron el feed de noticias de una agencia y publicaron información falsa que llevó al índice Dow Jones a la confusión. Hay algunos estudios de investigación que respaldan la idea de que los sitios de redes sociales pueden decirle hacia dónde va el mercado.
Un estudio de Johan Bollen, de la Universidad de Indiana, concluyó que las tendencias de la bolsa podrían seguirse en Twitter e incluso predecirse. No era preciso al 100 por cien, pero ciertamente contenía un montón de información útil. Otro estudio de la Pace University en 2011 rastreó conocidas marcas como Nike o Coca-Cola, hizo un gráfico con su popularidad en las redes sociales, y descubrió que se correlacionaba con el precio de las acciones. La conclusión era bastante obvia. Si usted pudiera deducir qué marcas o productos están creciendo en popularidad, y comprara acciones antes de que esa información se hiciera ampliamente conocida, ganaría dinero.
Es de esperar que se vean más cosas como estas a medida que Twitter y otras redes sociales se hacen más y más grandes. Después de todo, cualquier inversor sabe que los mercados son cuestión de información y opinión, y Twitter, Facebook, Linked-In y las demás están rebosantes de ambas commodities (materias primas). Cuantas más cosas haya por saber ahí fuera, y más cambie el estado de ánimo, más oportunidades de ganar dinero pueden presentarse.
Al mismo tiempo, los mercados están más volátiles que nunca. Todos los principales mercados de acciones están estancados en lo que parece un mercado bajista de quince años, y quizás dos décadas, de duración. Ninguno de los grandes índices están significativamente más altos de lo que estuvieron allá por 2000, y si se miden en términos reales, ajustados a la inflación, están significativamente más bajos. Si usted compra y mantiene, no ganará ningún dinero, y probablemente lo perderá.
Tres problemas
La única manera que tienen los inversores de hacer algo en un mercado bajista es entrar y salir del índice, comprando en las bajadas, y vendiendo en los repuntes. O bien tienen que ser muy, muy buenos en elegir las escasas compañías que funcionan bien incluso en un mercado que, en general, no va a ninguna parte. Era de esperar que los inversores estén desesperados por encontrar cualquier tipo de ventaja, y si las redes sociales parecen proporcionarla, se agarrarán a ella.
Hay tres grandes problemas, sin embargo.
En primer lugar, gran parte del ruido de las redes sociales es sólo parloteo sin sentido. Carece completamente de significado. Casi todo lo que hay en Twitter está desinformado, y nada ha sido editado, verificado o contrastado. Sencillamente, hay millones y millones de opiniones ruidosas, de las cuales hay más que van a estar equivocadas que acertadas.
En segundo lugar, es demasiado evidente. La razón de ser de las redes sociales es que todo el mundo puede ver lo que todo el mundo está haciendo o pensando. Es todo estrepitosamente público. Puede que eso sea divertido, pero lo convierte en una terrible herramienta para invertir. Sólo se puede tener una ventaja sobre el mercado si se sabe o se imagina algo que nadie más imagina, y por definición todo lo que sale en Twitter o Facebook será sabido por todo el mundo. Estará en el precio tan pronto como usted lo descubra.
En tercer lugar, es demasiado cortoplacista. Las redes sociales tienen el periodo de atención de un bebé hiperactivo con una lata de Coca-Cola. No se pueden fijar en ningún asunto durante más de un día y con frecuencia no más de unas pocas horas. Eso puede estar bien para los operadores de alta frecuencia (high-frequency traders), pero para la mayoría de los inversores no tiene ningún sentido entrar y salir de posiciones de forma diaria o incluso horaria. Los costes de operación se comen cualquier posible beneficio.
La verdad es que las redes sociales no son una forma fácil de hacerse rico, al menos hasta que usted resulte ser el que crea la plataforma. No es más probable que funcione más que cualquier otro ardid para averiguar adónde está yendo el mercado, y ciertamente no es un sustituto para la inversión inteligente, a largo plazo. O como se diría en Twitter: #esparaincautos [#itsforsuckers].