El mal estilo de Juan Miguel Villar Mir, expresidente de OHL, se ha contagiado también a la agencia que gestiona la comunicación de la compañía, que últimamente asume posiciones que distan mucho de lo que exige una actuación profesional. Con un criterio totalmente desnortado, recriminan a los periodistas las informaciones que se publican si éstas no coinciden con los intereses de la propia empresa. Debe de ser una nueva forma de hacer comunicación, que en vez de refutar con hechos, se recurre a la amenaza.