Opinión

Elecciones en Alemania

Alemania podrá refrendar la posición de la canciller y su gestión de la crisis.

Este domingo 22 hay elecciones en Alemania, todos los sondeos apuntan a una victoria de Angela Merkel. Previsiblemente ella será nuevamente canciller y la clave estriba en saber con quién formará coalición. Los alemanes por tanto refrendarán la posición de la canciller y la gestión que de la crisis europea ha realizado, sin embargo ese resultado no sería tan claro y patente si los votos para su reelección dependiera de las urnas de países europeos. Durante su mandato Merkel se ha convertido en la defensa a ultranza de la política de la austeridad, del recorte. Parece lógico que gran parte del electorado alemán se encuentre cómodo con las decisiones tomadas hasta el momento, ellos han sido uno de los países que más se han beneficiado, algo que podemos ver en el nivel de desempleo del país teutón, en la prima de riesgo tan beneficiosa para aquel país y que ha provocado una financiación cuantiosa y barata, muy barata, pues los tipos nominales en mucho de los instrumentos de renta fija se han situado en terreno nominal negativo, es decir tipos inferiores a la evolución de los precios. Alemania, aunque últimamente no tanto, no ha visto caída en sus exportaciones, los indicadores adelantados con el IFO como estandarte muestran signos de reactivación económica. Parece que Alemania vive en una especie de milagro, algo que no se puede decir o extrapolar al resto de los países. Cierto que analizando con mucha atención su economía presenta desigualdades sociales, la tasa de paro puede ser un espejismo si no tuvieran los minijobs, pero desde luego si comparamos Alemania con la mayor parte de los países del área euro, incluida Francia, su posición parece envidiable. Sin embargo, como ocurre en economía pudiera ser que la causante de esta situación no fuera Merkel, sino la propia estructura económica alemana y medidas muy duras de ajuste tomadas con anterioridad, la famosa Agenda 2010 que el predecesor, Schröder, llevó a cabo. La agenda 2010 fue un increíble paquete legislativo que transformó totalmente una anquilosado país en lo que es hoy actualmente, por cierto la altura de Schröder fue recompensada por sus votantes con la pérdida de unas elecciones, me gustaría que en España alguien entendiera que se le vota para tomar decisiones muy duras, no para ganar elecciones. Ahora que en países como España nos enorgullecemos del impulso de la balanza comercial, la diferencia entre las exportaciones e importaciones de productos y servicios, donde además se nos insiste en que nuestro modelo económico es volcarnos en exportar en vender al resto del mundo, algo obvio desde el punto de vista macroeconómico, pues bien el país centroeuropeo siempre ha mostrado músculo en este aspecto, pero lo ha cuidado mucho, ha buscado siempre tener un perfil competitivo, de alto valor añadido, sinónimo de calidad en sus productos y a la vista de los resultados lo ha conseguido. Es este un punto a tener muy en cuenta de cara a valorar la diferencia de este país con el nuestro. Sin embargo y durante mucho tiempo, desde la reunificación hasta la explosión de la actual crisis, Alemania fue un lastre para Europa. Su crecimiento, por la debilidad de la demanda interna, por la incorporación de la Alemania Oriental lastró el crecimiento, condicionó los tipos de interés del BCE, anormalmente bajos para países como España y alguno más. Financió con su capital inversiones "no sanas" o si prefieren centradas en el sector inmobiliario, fueron los capitales alemanes, los que en última instancia, financiaron la burbuja inmobiliaria y los actuales niveles de endeudamiento privado. Sin embargo y como he comentado la Agenda 2010 actualizó el país, es como si ellos hubieran hecho frente a la actual crisis antes de que llegara. Precisamente eso es lo que Alemania nos está pidiendo al resto de los países llevar a cabo una serie de medidas que permitan sanear las cuentas públicas, flexibilizar el mercado de trabajo, dar una solución al problema de las pensiones, abrir los mercados de crédito bancario hacia mercados alternativos. Alemania no quiere imponernos recetas que en muchos casos ella no haya llevado o tomado antes y que además no haya visto y experimentado que dan resultados. Ahora que parece que los primeros rayos de luz comienzan a vislumbrarse en algunas economías como la española, nos pide que no dejemos de reformar que continuemos con ellas pues el camino todavía no ha finalizado, una constancia que algunos responsables políticos parece que quieren abandonar ante la posible mejoría económica. Pero también Merkel debería tener presente, en su petición e imposición de reformas al resto de países, la difícil situación económica, más si tenemos en cuenta que el BCE mantuvo tipos muy bajos para ayudar a Alemania en su recuperación. Reformas sí pero con medidas de expansión, de crecimiento económico. Cierto es que la posición alemana lentamente se ha ido flexibilizando, sería impensable las palabras de Draghi hace un año, en momento de grandes tensiones de la prima de riesgo, sin el beneplácito alemán. También el aumento en los límites de déficit público, donde en algunos países como España, no está nada claro que vayamos a poder conseguirlo. En definitiva Alemania se erige para muchos países en motor de las necesarias reformas, de recordar a muchos políticos que hay que gobernar de cara al medio y largo plazo con las medidas necesarias, aunque impopulares.

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