Opinión

¿Quién quiere la 'gran coalición'?

Según los sondeos, Merkel no tendrá suficiente apoyo para gobernar con los liberales de FDP.

En realidad la 'gran coalición' no es deseada por nadie en la clase política alemana. Pero a pocas horas de los comicios se perfila como una posibilidad cada vez más verosímil. La debilidad de los liberales del FDP, socios minoritarios de Angela Merkel, es crónica. La canciller rechaza la posibilidad de apoyarles, ya que los conservadores de la CDU "no pueden regalar ni un voto a otros partidos".

Incluso si el FDP entra en el Bundestag, matemáticamente, conservadores y liberales aparecen empatados frente a una hipotética coalición de izquierda formada por socialdemócratas del SPD, Verdes y La Izquierda. Un gobierno tripartito de izquierda es altamente improbable por las divergencias ideológicas. La Izquierda - poscomunistas y disidentes socialdemócratas - se ha opuesto a la política europea de Merkel, que las otras dos fuerzas ratificaron, y aboga por abandonar la OTAN.

Si se mantienen estas cifras Merkel no tendrá el suficiente apoyo para seguir gobernando sólo con el FDP, presente en 17 de los 22 gobiernos desde la Segunda Guerra mundial. En ese contexto, Merkel se vería obligada a gobernar como lo hizo entre el 2005 y el 2009, cuando encabezó una 'gran coalición' de conservadores y socialdemócratas. CDU y SPD reniegan de esta opción -que funcionó, con relativo éxito y estabilidad, en la primera legislatura de Merkel-, ya que prefieren aliarse, respectivamente, con liberales y Verdes. No obstante, la mayor economía europea no puede permitirse la inestabilidad política y de ser necesario el pragmatismo alemán se impondría.

En la historia de la RFA ha habido hasta ahora dos 'grandes coaliciones'. La de 1966-69 y la de 2005-2009. La posibilidad de una reedición de la misma preocupa en especial a los socialdemócratas. Para el SPD es una apuesta arriesgada que contempla con escepticismo. Es comprensible si se recuerda el mal resultado obtenido en 2009 (solo un 23 por ciento de los votos) tras haber gobernado cuatro años con los conservadores. Sin embargo, esta vez las cosas pueden ser diferentes. Merkel se ha movido hacia el centro en los años pasados. En la política interna alemana ha abandonado parte de su programa neoliberal aunque esto todavía no sea así en lo que respecta a su política europea. Esa tímida flexibilidad puede extenderse a otros campos impensables hasta ahora para las reformas en una nueva coalición.

Es muy poco probable que Merkel vuelva a presentarse por cuarta vez. En los medios hasta se especula que podría dejar el poder antes de acabar la legislatura. A ello hay que añadir el talento mostrado -al igual que Helmut Kohl- para acabar con la carrera política de sus rivales dentro del partido así como sus posibles sucesores. Esto dejará a la CDU sin políticos de entidad capaces de asumir el liderazgo. En el SPD ocurre todo lo contrario. Gracias a sus victorias en muchas elecciones regionales en estos años hay en los länder toda una serie de potenciales candidatos a la cancillería. Es hasta imaginable que el candidato socialdemócrata en 2017 no haya formado parte del gobierno federal.

Aun si los resultados de mañana cierran el camino a otras opciones diferentes, el SPD se hará de rogar para gobernar con los conservadores. Esperará a que se lo exija la opinión pública. Si los socialdemócratas juegan bien sus cartas no deben temer otra 'gran coalición'. Sus expectativas de preparar el terreno para recuperar el poder mediante una clara alternativa son óptimas. Por último es preciso recordar que hay margen para la sorpresa. Encuestas estiman que entre un 20 y un 40 por ciento de los votantes siguen indecisos. Tres millones de jóvenes votarán por primera vez. Los partidos tratan de motivarles para que vayan a las urnas pero no son un grupo decisivo, ya que conforman apenas el 4 por ciento del electorado. Los políticos se sirven de las redes sociales para llegar al electorado joven. Existe numerosas iniciativas si bien es difícil medir el impacto que tienen en este segmento. Se estima que la participación de los más jóvenes será más alta en estas elecciones por el conflicto sirio y la crisis de la eurozona.

Asimismo, la importancia de los inmigrantes es cada vez mayor. Los partidos sin disponer de estrategias claras están evolucionando rápidamente para cuidar este electorado. Cerca del 10 por cien de los casi 62 millones de electores convocados son de origen inmigrante. La 'gran coalición' cuenta con las simpatías de la población que parece preferir una alianza de Merkel con los socialdemócratas a la actual con los liberales. Es también la postura de los europeos - al menos los del Sur.

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