Tras el reciente cierre de la televisión pública griega, muchas administraciones españolas han empezado a hacer cuentas sobre el coste de sus entes públicos. En el Estado español, el conjunto de las radiotelevisiones autonómicas costará, este 2013, en torno a 1.000 millones de euros a los ciudadanos. Esta cuantía, desembolsada por 13 gobiernos autonómicos, triplica el coste anual de la televisión griega, cifrado en 300 millones de euros. Y es que en España, sólo la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales ya cuesta 295 millones de euros de dinero público. Todo un derroche que nada tiene que ver con la austeridad que sufre el resto de la sociedad en cuestiones más básicas como educación.