La reestructuración en Iberia exigirá, como es sabido, el despido de algo más de 3.100 trabajadores. Algunos de ellos ya buscan trabajo, pero hay un colectivo que está encontrando dificultades imprevistas: los pilotos. Y es que la conflictividad vista en Iberia no ha pasado inadvertida en otras compañías que temen que pueda reproducirse si los contratan. Tal parece el caso de Emirates, que según cuentan ya habría rechazado a más de un piloto, aduciendo que están "todo el día en huelga". No en vano, los pilotos aún tienen que firmar el acuerdo que alcanzaron el resto de partes en Iberia. La lentitud de este colectivo para amoldarse a la realidad tiene ahora más efectos perversos.
