FINANCIAL TIMES (REINO UNIDO)
Es la semana de las hipótesis en Capitol Hill. El martes, Paul Ryan, el jefe de Presupuesto de la Cámara, publicó un plan republicano que, afirma, suprimiría el déficit de EEUU en una década. Ayer, los senadores demócratas ofrecieron su propio plan. Los dos tienen parte de razón -aunque el de Ryan parte de algunas premisas poco realistas-. Pero, ya que ninguno tiene posibilidad de ser aprobado, son un ejercicio para la galería. Hay dos razones de peso para que Obama tome la iniciativa. Impulsar una gran reforma fiscal elevaría la competitividad de EEUU y rompería el impasse. La segunda es que el sistema impositivo amenaza un desastre fiscal en el largo plazo.