Los líos judiciales en los que anda enredado Iñaki Urdangarin a cuenta de las actividades del Instituto Nóos hacen políticamente incorrecto cualquier contacto con su entorno más cercano. Eso parece haber pasado con el Premio de Economía Infanta Cristina, que anualmente concedía la Junta de Castilla y León y que entregaba en persona la duquesa de Palma. Del galardón, que ha premiado a eminentes personalidades del mundo económico de nuestro país, nada se sabe desde que en septiembre de 2011 fue convocado por última vez, aunque ni siquiera llegó a ser resuelto. Y es que la sombra de Urdangarin es cada vez más alargada.