El Spain Summit, organizado por The Economist ayer en Madrid, contó con un alto número de asistentes. Sin embargo, la mayor parte de los primeros espadas del empresariado español no acudieron a la cita, salvo Francisco González (que era uno de los ponentes) y Antonio Brufau, quien se fue poco después de la primera conferencia. El semanario británico logró congregar en el Palace al presidente Mariano Rajoy y al ministro Cristóbal Montoro, pero ello no bastó para ganar poder de convocatoria -quizá porque el debate sobre el estado de la nación, mejor fuente de noticias, está a la vuelta de la esquina-. También pudo influir que The Economist se tomara en serio el lema de su convocatoria, "Más allá de la austeridad", pues reservar un asiento costaba cerca de 300 euros.