Habrá propuestas al Pacto de Toledo para reformar el sistema de pensiones.
Se han presentado los presupuestos para 2013 aún pendientes de aprobación, con pocos comentarios. Coincidirán que con la mayoría absoluta del PP, la aprobación es un mero trámite. Las cifras ponen al descubierto las miserias actuales, amén de ser muy voluntariosos. Digo voluntariosos porque contemplan una caída de la actividad para el próximo ejercicio del 0,5 por ciento, cuando todos los centros de estudios elevan la cifra, al menos, al 1,5 por ciento. Significa por tanto que las partidas de ingresos, los impuestos, pueden verse desviados a la baja por la contracción, además de incrementarse el gasto, especialmente desempleo y pensiones, posibilidad que pone en un brete la consecución del déficit público exigido por Bruselas.
Empecemos por la partida, a mi juicio, que más puede sorprender: los intereses de la deuda pública. Una de las que más sube y segunda en importancia. Desde hace tiempo somos muchos los que llevamos diciendo que España, nos guste o no, está abocada a ser intervenida. Si España hubiera sido "ayudada" ya podríamos haber maniobrado en el tiempo que el BCE nos ha ido otorgando y esta carga podría no ser tan voluminosa. La intervención hubiera supuesto ya la llegada de dinero fresco a tipos más baratos, permitiéndonos bajar la factura de intereses y financiarnos más flexiblemente con su efecto caída del gasto. El coste de los intereses financieros de la deuda supera el coste en personal, la retribución a los funcionarios. Partida, esta última, con importantes recorte o congelaciones a añadir a los ya soportados.
Se reconoce a su vez el importante desfase que tenemos en la Seguridad Social. El Ejecutivo, después de desmentir o dar la callada por respuesta, admite que la situación de las pensiones es límite. Ya no niega, sino que nos anuncia, que deberá tocar la gran hucha de pensiones, de momento dentro del límite legal. Pero hay una llamada para navegantes, como se suele decir, habrá propuestas a la Comisión de Toledo para reformar el sistema. No se cuántas veces se ha venido reclamando ponerse manos a la obra para dar una solución de continuidad en este tema. No se nos ha aclarado si en noviembre se compensará la desviación de la actualización de pensiones con el IPC. Sí se nos anuncia rigidez en las prejubilaciones, subyace el anticipo al calendario de jubilación que pasara de 65 a 67 años, se estudiará el efecto estabilidad o lo que es igual, calcular la fecha de jubilación en cuanto a la esperanza de vida. Efectivamente la partida sube en un 1 por ciento como coste estimado, pero no se nos dice si habrá revisión en noviembre ante el desvío de la inflación registrada, 3,5 por ciento interanual en septiembre. La última partida con subida son las becas para estudiantes, un ligero aumento, que se contrarresta con un fuerte "tijeretazo" en el resto de cultura.
Estos tres incrementos unidos al aumento por el desempleo se compensan con: mayor carga impositiva y fuerte corrección para el resto de los ministerios. Salvo el incremento por el nuevo impuesto sobre Loterías y otras alzas impositivas, el alza de recaudación estimadas por del IRPF, como las cifras de IVA, deben ser puesta en cuarentena. La causa es que la contracción económica es muy probable que sea superior a la estimada por el Gobierno con su efecto depresivo. El aumento de la recaudación al subir impuestos es necesario ligarlo a actividad, sin ella el ejercicio puede ser vano o rebajar las expectativas fuertemente. A partir de ahí recorte, recorte y más recorte. El Ministerio de Fomento, especialmente importante para generar actividad, ve reducidos sus fondos de forma considerable. Normalmente si los presupuestos hubieran sido expansivos el resultado hubiera sido otro. El resto de departamento ve caer su capacidad de gasto. Nos encontramos con un torpedo a la línea de flotación de crecimiento. No veo, salvo error, partidas en las que basar el despegue económico. Parecen fortalecerse los controles de gasto por parte de la administración central al gasto de las CCAA, algo que Bruselas nos lleva reclamando constantemente (eficiencia), pero no contábamos con el hecho secesionista catalán. Aparecen disminuciones para partidos, sindicatos, y cámaras las cuales podrían ser aún mayores. No son unos presupuestos de crecimiento, las sombras que genera son preocupantes, cuando menos; se anuncian vagamente próximas medidas para liberalizar y hacer más competitiva parcelas económicas, pero tan solo se han anunciado, ni siquiera una mínima pista. Aun con la dureza de los mismos me parece muy difícil cumplirlos.