Según establece la Constitución, los Presupuestos Generales del próximo año deben ser presentados ante el Congreso al menos tres meses antes de que caduquen los que están en vigor. En este caso, antes del 1 de octubre. Lo habitual es que el Consejo de Ministros apruebe el proyecto presupuestario un viernes y lo entregue al Congreso al martes siguiente. Sin embargo, este año el Gobierno no aprobará su proyecto hasta el día 27, jueves, lo cual no proporciona tiempo suficiente para tener editadas ese viernes las cuentas. Para paliar la situación, los funcionarios encargados podrían trabajar también en fin de semana, por si la presentación se retrasase al sábado o incluso al domingo. Se trata de un grave fallo de organización y gestión.