La firmeza con que Merkel aplica los ajustes es bien conocida, y las quejas que ha suscitado esta actitud en otros países de la UE lo es quizá más. Sin embargo, ahora también en Alemania un sector profesional -el de los médicos de familia- está poniendo el grito en el cielo por culpa de una de las medidas de la canciller: se declararán en huelga de hambre para exigir mejoras en su sueldo, ya que consideran insuficientes las subidas de sus honorarios previstas para 2013.
Después de las bajadas salariales a que se vieron sometidos muchos griegos, italianos o españoles, llama la atención que ahora Merkel esté sufriendo el problema también en casa.