DIE WELT (ALEMANIA)
Al anunciar que está listo para comprar deuda de los Estados de la zona euro en dificultades, el BCE demuestra que a partir de ahora se enroca en el papel de salvador. En cuanto los políticos gritan "¡Fuego!", la institución saca la manguera.
Unas veces comprando deuda pública, otras desempeñando el papel de prestamista provisional para una Grecia en quiebra mientras los Gobiernos europeos y el FMI no saben si quieren continuar prestando dinero a Atenas o no.
En estas condiciones, ¿cómo puede todavía el BCE manejar la plancha de imprimir billetes independientemente de la opinión de los Gobiernos?