LE MONDE (FRANCIA)
Hay que decir que la era de Putin no invita al pueblo ruso a reírse. En marzo de 2000, el Kremlin prohibió Koukly, el programa satírico más mordaz de la cadena NTV, presentado por el humorista Viktor Chenderovitch, porque se representaba a Putin como un elfo de grandes orejas, una imagen poco favorecedora. Después de eliminar el programa, Putin desmanteló la cadena. Desde entonces, se pidió a Rusia que no se riera más. A pesar de ello, desde hace poco la burla ha recobrado fuerza. Como un auténtico soplo de aire fresco, el "ciudadano poeta", una crítica feroz al poder difundida cada semana en la radio y en Youtube, desata pasiones.
