Si bien es cierto que los comunicados oficiales no deberían ser tomados a la ligera por nadie, y mucho menos por aquéllos que los redactan, la actitud del Ministerio de Asuntos Exteriores es inconcebible. El entorno de José Manuel García-Margallo se ha mostrado crítico y molesto con el número dos del departamento, Íñigo Méndez de Vigo, autor del comunicado erróneo que afirmaba que España, Francia e Italia exigían la inmediata ejecución de los acuerdos del Consejo Europeo, y que los otros dos países implicados tuvieron que desmentir. Aun teniendo Méndez parte de la culpa, lo cierto es que es que la responsable es la directora general de comunicación, cuyo ámbito muestra ahora su mal estilo al atacar de esa forma a un secretario de Estado.