Después de la brutal nacionalización de YPF por Argentina, carece de toda lógica que el ministro de Asuntos Exteriores se muestre dispuesto a reunirse con el Gobierno de Kirchner para, según dijo, "recobrar la normalidad".
Después de la brutal nacionalización de YPF por Argentina, carece de toda lógica que el ministro de Asuntos Exteriores se muestre dispuesto a reunirse con el Gobierno de Kirchner para, según dijo, "recobrar la normalidad".