Se cuenta que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y el de Economía, Luis de Guindos, no están haciendo un gran esfuerzo por hacer buenas migas, y que el segundo corre el riesgo de ser destituido de su cargo. Lo interesante es que por los oscuros rincones de esta situación de crisis interna se esconde, dicen, un sabueso que huele desde lejos la oportunidad de cumplir sus aspiraciones. Parece ser que José Manuel García-Margallo, que ocupa la cartera de Asuntos Exteriores, saborea en este enfrentamiento una grandiosa ocasión de convertirse en vicepresidente económico, cargo que parece anhelar con fuerza a juzgar por sus recientes declaraciones dirigidas siempre a temas económicos.