Opinión

El Tsunami: El orgullo de David Cameron

Crisis a un lado, la verdadera batalla diplomática en la cumbre europea del Consejo pareció ser la localización del nuevo Tribunal de Patentes de Europa. Y, según dicen, David Cameron estuvo metido de lleno en el asunto. La cuestión era resolver la localización de dicho Tribunal. Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, quería dividirlo en tres sedes, que se ubicarían en Londres, Múnich y París. Sin embargo, Angela Merkel y François Hollande pensaron que tal vez lo mejor sería dejar a Londres fuera. Según todos los indicios, Cameron se mantuvo firme en su orgullo ante la osadía franco-alemana, y trató de bloquear una de las propuestas más simpáticas de la cumbre. Parece ser que la obstinación del primer ministro no le impide interpretar el papel del malo de la película en las cumbres.

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