Opinión

Cebrián, enfrentado a Polanco por su sueldo y a la plantilla por los recortes

El presidente de Prisa, Juan Luis Cebrián. Imagen: Efe

Las aguas bajan muy revueltas en Prisa. Juan Luis Cebrián, consejero delegado del grupo, tiene varios frentes abiertos: la rebelión interna de la plantilla por los fuertes ajustes y la guerra abierta en el consejo de administración.

Los hermanos Polanco, que tras varias diluciones poseen el 41% del grupo mediático a través de la sociedad familiar Rucandio, se negaron a participar en la votación, de carácter consultivo, del punto de retribuciones, en el que Cebrián, entre bonus y fijos, ha percibido 11,5 millones de euros en 2011.

Este gesto fue interpretado por una parte del consejo como una muestra de debilidad de la familia Polanco, que rechaza el millonario sueldo de su consejero, aunque no puede hacer nada para evitarlo. El revuelo que se ha montado en el grupo por los emolumentos del directivo (en 2010 cobró otros 4 millones) es sólo la punta del iceberg de la guerra que tiene abierta en el seno del consejo, ya que un grupo, liderado por los Polancos, no está de acuerdo con algunas de las decisiones tomadas, como la entrada de Liberty.

Rebelión y más ajustes

El rechazo del principal accionista de Prisa a los emolumentos de Cebrián se suma a la indignación que ha despertado entre los trabajadores, que desde 2010 han visto como 2.000 compañeros han sido despedidos y este año se enfrentan a más recortes -la semana pasada se anunció un ERE de 200 personas en la SER, que provocó la primera huelga de su historia, y ya ha retrasado el cobro de la paga extra del grupo-. "La disminución de la actividad y las nuevas tecnologías harán inevitable la reestructuración de las plantillas. Se va a continuar con la política de reducción de gastos, que tras la salida de 2.000 trabajadores se ha traducido en ahorros de 65 millones de euros anuales", explicó Juan Luís Cebrián.

El descontento es tal en la plantilla que el consejero delegado del grupo tuvo que bajar a la redacción de El País para calmar las aguas. Según dejaron claro los representantes de los trabajadores durante la junta de accionistas celebrada el sábado, Cebrián pidió perdón por su sueldo y aseguró que le habían obligado a cobrar los bonus. En este sentido, Cebrián anunció una bajada de un 7 por ciento el sueldo fijo y un 5% las dietas. Mientras en uno de los salones del Círculo de Bellas Artes se anunciaban más despidos a la espera de la publicación de la nueva legislación laboral, parte de la plantilla de la SER se manifestaba en la calle Alcalá.

Al hilo de estos ajustes y en línea con el saneamiento del balance que el grupo ha iniciado, Cebrián anunció la venta de activos no estratégicos pese a que la coyuntura económica no es la más adecuada. "El grupo tiene a punto un análisis sobre los eventuales precios y condiciones fiscales así como los potenciales compradores que podrían justificar la venta de cualquier activo", aseguró Cebrián. Aunque el consejero delegado dejó abierta la puerta a cualquier venta, fuentes del grupo mediático señalaron que se refiere sobre todo a la operación sobre el 17% que Prisa tiene de Mediaset. "La televisión comercial no es un negocio estratégico. En cambio la educación y la televisión de pago son pilares fundamentales", ya que son de los pocos negocios que aportan un EBITDA positivo al grupo, explicaron.

Y es justo en el desarrollo y explotación de la televisión y el fútbol de pago donde entra el papel del Telefónica. Cebrián defendió las alianzas entre los medios de comunicación y las 'telecos' y explicó que Telefónica era un socio estratégico para el futuro de Prisa. La junta de accionistas aprobó también una serie de operaciones financieras que permite reducir el endeudamiento y sanear el balance y que se ha traducido en la entrada de Telefónica, HSBC, el Santander y Caixabank.

Telefónica acudirá a la emisión de bonos convertibles con 100 millones que entrarán en la caja del grupo a principios de julio y que en 2014 se convertirán en acciones por lo que tendrá entre el 5,7 y el 6,1% de la compañía. Por su parte, los bancos, que capitalizarán deuda por 334 millones, desembarcarán en 2014 en el capital de Prisa con un 19,1 o un 20,6%. Esta operación permite reducir el endeudamiento del grupo en 650 millones en 2014, con respecto al que sería sin ella.

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