THE NEW YORK TIMES (EEUU)
Antes de la sesión del Parlamento, la canciller alemana Angela Merkel rechazó ampliamente las "contraproducentes" propuestas destinadas a ayudar a los moribundos países mediterráneos ya que, según dijo, la fortaleza de Alemania no es infinita. Y, aunque también gran parte de los votantes alemanes se muestran reacios a ayudar a sus "despilfarradores" y "perezosos" vecinos, el Gobierno alemán sabe que, porque le conviene, no le queda otra que tirar de cartera para salvar el euro. Entre las razones se cuentan los enormes beneficios que la moneda única ha traído al país y, sobre todo, los incalculables costes que supondría para Berlín su pérdida.