Los mecanismos europeos para limitar el contagio de la crisis de deuda no son suficientemente potentes. Aunque se han aprobado 500 millones de euros y podrían llegar unos 330 más de parte del FMI, el destino de esos fondos no tiene por qué ser europeo y en todo caso estará sujeto a condiciones. Como se ve en el gráfico, la barrera de liquidez no supera con holgura las necesidades financieras de España e Italia y no se sabe bajo qué condiciones podría emplearse. Con estos elementos es difícil que los mercados recuperen la calma.