España ha reducido notablemente el saldo negativo de su balanza por cuenta corriente (casi 7 puntos desde 2007), aunque es el quinto mayor de la Eurozona. La crisis ha aminorado la demanda y con ella las importaciones. A su vez, la recuperación de nuestros vecinos europeos, que suponen el 70% de sus exportaciones, ha contribuido a equilibrar la balanza. Sin embargo, su dependencia energética, y la mayor exposición a las tensiones en Oriente Medio, hacen peligrar los avances logrados.