DER SPIEGEL (ALEMANIA)
A raíz del desastre de Fukushina, Angela Merkel habló de "tiempos trágicos" y de "punto de inflexión mundial". Aunque acababa de extender 12 años la vida útil de las centrales nucleares, anunció un cambio radical: cerró las ocho plantas más antiguas y anunció que todos los reactores deberían estar inactivos para 2022. Pero, desde entonces, poco se ha hecho. Uno de los problemas es la expansión de la red eléctrica. La generación ecológica de energía debería contribuir el 35% en 2020, comparado con el 20 actual. Algunos alemanes se rebelan contra la erección de postes de tendido eléctrico. Y la construcción de nuevas plantas avanza muy lentamente. Para colmo, los ministros de Energía y de Economía no se ponen de acuerdo.