La reputación de los suizos nunca ha sido muy halagüeña. A su celo -ahora más matizado- por la privacidad en el sector bancario se suma la afición por las consultas populares. Esta última, consecuencia de su sistema político, podría hacer pensar en un pueblo en constante referendo, muy predispuesto a interrumpir su trabajo para ir a votar. Nada más lejos. Seis veces -la última anteayer- han rechazado los suizos extender su periodo de vacaciones de cuatro a seis semanas. El 66,5% de los votantes se ha manifestado en contra de esta propuesta de la izquierda y los sindicatos -que, aunque decepcionados, aceptan el resultado-. ¿Imaginan Uds. que esto pasara en España? Será porque, aquí, sindicatos e izquierda piensan directamente en ir a la huelga.