THE ECONOMIST (REINO UNIDO)
Los británicos y los estadounidenses están acostumbrados a agasajar al pequeño empresario. Esta admiración está a menudo fuera de lugar. No son tanto las empresas pequeñas las que impulsan el crecimiento y crean empleo como las empresas pequeñas y jóvenes que luego serán más grandes. Allí donde son más comunes, como en los países periféricos del sur de Europa, su prevalencia es síntoma de mercados poco competitivos y baja productividad.
Un ejemplo de esto es Grecia, donde un tercio de las empresas son micro, comparado con tan sólo un 4,3% en Alemania. La productividad de las compañías europeas de menos de 20 empleados es de media apenas la mitad de aquélla de las firmas con más de 250 trabajadores.