DIE ZEIT (ALEMANIA)
Grecia, presionada por la troika, ha de imponer nuevos recortes. Los sueldos deberán bajar entre un 20 y un 30 por ciento. Se tendrá que despedir a 150.000 personas de aquí a 2015 en el sector público. La economía se hunde y este año se contraerá al menos un 8 por ciento. Y el país aún no está a salvo de la quiebra. Sin embargo, el segundo plan de reflote de la UE, de 130.000 millones de euros, se ha congelado. Se duda de que el Gobierno de Papadimos logre aplicar las medidas de austeridad anunciadas. Y con razón. Porque los recortes no funcionan y sólo agravan los problemas. Grecia no es la que más se beneficia de los programas de rescate del euro: es Alemania. Una quiebra griega haría perder a los bancos alemanes miles de millones, y una salida revalorizaría su moneda un 40 por ciento, minando sus exportaciones. Para recuperarse, Grecia necesita un programa de desarrollo en lugar de incesantes recortes.