RESPEKT (REPÚBLICA CHECA)
A Bruselas le preocupa la tendencia autoritaria de un país miembro de la UE. Pero lo que realmente la ha asustado han sido las decisiones económicas de Orbán. Para reducir su deuda estatal, que asciende al 80% del PIB, y cumplir su promesa de reducir el déficit público anual nacionalizó los fondos de pensiones privados e impuso un drástico régimen fiscal a los bancos y a las grandes empresas que pertenecen a grupos extranjeros. Pero cabe señalar que el endeudamiento estatal es aún mayor que cuando Orbán llegó. El florín ha caído un 20%, lo que aumenta la deuda pública. Por ello, Orbán se vio obligado a solicitar ayuda al FMI y a la UE.
El FMI impuso como condición la derogación de la ley constitucional por la que Orbán se hizo con el control del Banco Central. Mientras, la UE prepara un proceso contra Hungría ante el Tribunal de Justicia de la UE y no descarta congelar las subvenciones de los fondos europeos ni suspender el derecho de voto de Hungría en la UE.