THE WASHINGTON POST (EEUU)
EEUU vive unas presidenciales sin límite. Los comités de acción política PAC defraudan a la naturaleza brutal de sus ataques y lo opaco de sus relaciones con los candidatos, pese a la obligación de funcionar de forma independiente. Por ejemplo, tenemos el colectivo Restore Our Future, de apoyo a Mitt Romney, que ha desatado un bombardeo de 4 millones de dólares contra Newt Gingrich. La información actualizada acerca de quién financia esta iniciativa no se facilitará hasta finales de enero, cuando cuatro Estados habrán celebrado comicios y Romney pueda tener cerrada la cuestión de la candidatura. La última vez que Restore Our Future facilitó una lista de donantes a la Comisión Electoral Federal fue hace 6 meses, y declaró haber recaudado 12 millones. El comité tendría que actualizar el 15 de enero, pero logró aplazar la fecha, alterando la categoría de la declaración fiscal que presentará de trimestral a mensual. Pero Restore Our Future no es el único. Los partidarios de Rick Perry han constituido Make Us Great Again. Newt Gingrich tiene Winning Our Future. En New Hampshire, el comité de acción política Our Destiny respalda a Jon Huntsman, presuntamente financiado por el rico padre del candidato, y tiene un nuevo anuncio que insta a los votantes a "parar los pies al camaleón"(Romney). En el bando demócrata, los exayudantes de Obama Bill Burton y Sean Sweeney presentaban Priorities USA, que ya ha empezado a emitir anuncios anti-Romney. Estos grupos erosionan los pilares gemelos de un sistema funcional de financiación de campañas electorales: límites en las donaciones e información puntual de quién firma los talones.