Las grandes empresas tendrán que hacer frente a una subida del gas del 14 por ciento debido a que el Ministerio de Industria aprobó, unos días antes del cambio de Gobierno, que se aumentasen las reservas estratégicas de gas desde los 10 hasta los 20 días. Y la industria será la que tenga que soportar este alza de los costes.
La medida podría parecer razonable dada la dependencia del gas foráneo que padece nuestro país. Pero justo en este momento en el que la demanda de gas se ha reducido muy sensiblemente y cualquier encarecimiento de los costes supone un destrozo para las fábricas, Miguel Sebastián debió haberse mostrado más considerado con las necesidades del escaso tejido industrial que nos queda. Otro bandazo muy mal pensado de su fracasada política energética.