Opinión

Miguel Ángel Rodríguez: La clave del crecimiento está en Oriente

Los últimos datos que hemos ido conociendo de la economía China no hacen más que confirmar el alto grado de desaceleración de la economía del gigante asiático.

La política monetaria restrictiva que ha estado llevándose a cabo en este país, con subidas de tipos de interés e incrementos del coeficiente de caja bancario por encima del 20%, está cumpliendo su objetivo, al menos parcialmente.

El primero, evitar un excesivo recalentamiento de su economía, lo han conseguido, y no sólo para China, sino para todos los países de su entorno. El último estudio del Fondo Monetario Internacional sobre el crecimiento de países emergentes nos dice que la media de los siete de ellos más grandes de Asia, incluida China, ha crecido en este año una media del 7,7%, muy por debajo de los niveles anteriores de dos dígitos.

A su vez, y como una perfecta cadena de transmisión, los países emergentes de Iberoamérica también están notando este menor crecimiento en las compras de sus materias primas por parte de los países asiáticos. De hecho, Brasil fue el primero en dar la señal de alarma bajando por sorpresa los tipos de interés hace un mes. En los países asiáticos, le han seguido Indonesia y Singapur.

Menos exportaciones a Europa

Las últimas cifras publicadas de importaciones y exportaciones chinas muestran un notable retroceso, en concreto las exportaciones a Europa han decrecido de un 20% a un 10% en el último mes. El PIB del país asiático ha vuelto a mostrar un retroceso importante, bien es cierto que la demanda doméstica y la inversión interna se mantenían fuertes, pero el sector exterior le arrastraba a la baja.

Europa es el principal socio comercial del país asiático. Aunque no es sólo un tema de Europa, un interesante dato sobre el puerto de contenedores de Los Ángeles, el que recibe el mayor número de mercancías de las que EEUU importa de China, muestra que en septiembre, cuando tradicionalmente se registran incrementos importantes por el aprovisionamiento de los comerciantes ante la Navidad, ha decrecido su actividad por primera vez en meses. En mi opinión, el menor crecimiento global está directamente relacionado con la evolución de la coyuntura de China, que según demuestran los datos, se ha convertido ya en la locomotora de la economía mundial.

¿Hasta dónde va a permitir este retroceso China? Para contestar a esta pregunta, me remito al segundo de los objetivos de la política monetaria restrictiva de este país, es decir, recortar la inflación. Aunque ésta ha ido retrocediendo, todavía se encuentra lejos de los niveles objetivos del 4%, el último dato interanual fue del 6,1%. Ésta sería una de las razones por las que todavía el Banco Central Chino esté a la espera y mantenga inalterable su política de tipos de interés.

Pero después de ver cómo la incertidumbre a escala mundial va in crescendo y cómo la crisis europea, que necesita crecimiento en los países para no desembocar en una catástrofe, tiene pendientes muchos desafíos para solucionarse y de cómo los propios bancos chinos están sufriendo las consecuencias negativas de esta política (recientemente han tenido que salir en auxilio de una de las grandes instituciones financieras de ese país, el Banco de la Agricultura), creo que los chinos pueden estar ya valorando la posibilidad de comenzar a revertir parte de las últimas medidas, por ejemplo bajando los coeficientes de caja bancarios.

Esto estaría en sintonía con los últimos movimientos realizados por la mayoría de los bancos centrales del mundo, con la única excepción de quien más lo necesita: el BCE. Mi apuesta es que en la próxima reunión de nuestro banco central, presidida por primera vez por Mario Draghi, se proceda a la rebaja de los tipos de referencia.

Las consecuencias de todo esto en el mercado de divisas serían un fortalecimiento del dólar contra el yuan chino, a pesar de las medidas del Senado americano que penalizarían las compras realizadas a China de mantenerse la divisa de este país en sus niveles, y con ello, y vistas las correlaciones entre este par de divisas y el resto, un fortalecimiento general del dólar, que si lo unimos a la debilidad del euro por su propia situación y por unos tipos de interés más bajos desembocaría en una nueva recaída del eurodólar.

Miguel Ángel Rodríguez es analista asociado de XTB.

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